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En estos días de cuarentena, el trabajo de los líderes ambientales y movimientos sociales ha tenido grandes transformaciones: ya no los vemos en las calles promoviendo manifestaciones, conversaciones ciudadanas, ni espacios de aprendizaje colectivo. Sin embargo, su espíritu de cambio y sus acciones para enfrentar la crisis climática no paran.
De hecho, este activismo ha encontrado nuevos espacios, demostrando que tomar acciones por la naturaleza y la estabilidad climática desde nuestras casas es una posibilidad. También, que la movilización ciudadana es incompatible con las excusas.
Hoy, más que nunca, es indispensable que aterricemos nuestros ideales a acciones concretas. Necesitamos encontrar una manera más contundente de cumplir las metas de cambio climático para frenar esta amenaza.
1. Empieza desde casa
Antes de salir a transformar el mundo, empieza por tu estilo de vida y tu hogar. La huella ecológica, que estima el impacto ambiental de nuestras acciones individuales, se deriva principalmente de la forma en que nos desplazamos, nos alimentamos y lo que consumimos. Aprovecha estos días para reutilizar prendas que tenías olvidadas, aprender sobre el impacto de lo que comes, hacer una huerta casera, emprender un proyecto de compostaje y hasta reparar tu bicicleta.
2. Si ya lo haces tú, asegúrate de que otros lo hagas
¿Qué puedes hacer para que tu familia y amigos se sumen a tus propósitos ambientales? Tú los conoces mejor que nadie, así que confiamos en ti para que los motives y ayudes a cambiar sus estilos de vida. Eso sí: recuérdales que las acciones individuales son una parte muy importante de una gran acción colectiva.
3. Siempre puedes aprender más
La curiosidad es el punto de partida. Por eso, aprovecha este tiempo de cuarentena para alimentar tu conocimiento ambiental con libros pendientes, descubriendo la historia de activistas ambientales inspiradores, navegando en medios de comunicación y conformando redes de amigos interesados en generar conversaciones alrededor de la crisis climática y la sostenibilidad. También, explora cursos y talleres virtuales mediante plataformas como Zoom, Facebook, Instagram y Youtube.
4. No necesitas millones de seguidores, pero sí un compromiso claro
Hay múltiples experiencias exitosas de activismo ambiental en redes sociales. Una de ellas es la de Sara Constantino, una apasionada por la educación ambiental y la sostenibilidad que hoy tiene más de 12 mil seguidores en Instagram. Para llegar a este punto, dice, ha sido indispensable entender estas plataformas como herramientas para fomentar “cambios de hábitos en casa y darle visibilidad a temas críticos, tratando de cerrar la brecha entre la investigación climática y el diario vivir… Después de que conoces y entiendes los temas ambientales no los puedes volver a ignorar”.
5. Contenido veraz y de valor
Crear contenido ambiental no es una labor sencilla: no se trata de saber manejar las redes desde su aspecto técnico, sino de generar información que pueda ser relevante y, ojalá, ser un motor de transformación. Sobre esto, Melanys Rodríguez, representante del movimiento ambiental Fridays For Future en Cartagena, aconseja que “al hacer activismo en Internet, los contenidos que se comparten deben ser veraces y provenir de fuentes con credibilidad. Es importante conocer de fondo los temas y ser concisos con los textos e imágenes para que los mensajes queden muy claros”.
Con información de WWF Colombia