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24 abril, 2023Por qué debemos proteger la Tierra, el único hogar que tenemos
El planeta Tierra es el único lugar del universo en el que, sabemos, existe vida. Es nuestro hogar y, como tal, debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para protegerlo. Los océanos, ríos, bosques, desiertos y manglares, entre otros ecosistemas cruciales, conforman esta casa común que compartimos con todas las especies vegetales y animales.
Durante siglos, los humanos hemos buscado otras formas de vida en el cosmos, pero esta búsqueda ha sido infructuosa. Asimismo, desde hace décadas hemos emprendido incontables misiones espaciales tripuladas, con la intención de entender cómo nuestro cuerpo se adapta a las hostiles condiciones del espacio exterior.
Sin embargo, y después de cientos de hombres y mujeres que han viajado fuera de la Tierra (incluso con una presencia constante en la Estación Espacial Internacional desde hace más de veinte años), solo tenemos una certeza: el planeta Tierra es el único lugar que podemos llamar nuestro hábitat natural.
Pero nuestras acciones han llevado al planeta a una crisis sin precedentes. Por un lado, el aumento de las temperaturas, producto de la quema de combustibles fósiles; y, por el otro, el declive de la biodiversidad, resultado del deterioro de los ecosistemas y la transformación de los suelos, ponen jaque el futuro de la naturaleza y las personas.
Según el Informe Planeta Vivo 2022, el cambio de uso del suelo sigue siendo la mayor amenaza para la naturaleza, pues se destruyen o fragmentan los hábitats naturales de muchas especies de flora y fauna terrestres, de agua dulce y marinas.
Además, si no somos capaces de limitar el calentamiento a 1,5°C, lo más probable es que el cambio climático se convierta en la principal causa de pérdida de biodiversidad en las próximas décadas. El ascenso de las temperaturas ya está impulsando fenómenos extremos y las primeras extinciones de especies enteras. Se prevé que cada grado de calentamiento aumente dichas pérdidas y su impacto en las personas.
El Índice Planeta Vivo muestra un descenso medio del 69 % en la abundancia poblacional relativa de especies animales monitoreadas de todo el planeta entre 1970 y 2018. Latinoamérica registra el mayor declive regional de la abundancia poblacional media (94 %) y, en cuanto a especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general a nivel mundial (83 %).
En Colombia, tal como lo registra el Instituto Alexander von Humboldt, 21 de las 30 especies de Zamias (conocidas por estar entre las plantas con semillas más antiguas de la Tierra) observadas se encuentran amenazadas, según la categoría nacional; 100 de las 191 especies de corales observadas hacen parte del apéndice II de CITES por ser especies con objeto de comercio; 30 % de las especies de anfibios observadas se encuentran dentro de alguna de las categorías de la Lista Roja de la IUCN, el 1,5 % del total de las especies observadas se encuentran amenazadas y el 3,60% está en alguno de los apéndices CITES.
Pero aún estamos a tiempo de actuar. Cada individuo, desde su propia vida cotidiana, puede llevar a cabo acciones orientadas a disminuir las emisiones y a proteger la biodiversidad. También, puede hacer llamados a los gobiernos y tomadores de decisiones para que se comprometan con esta causa urgente.
En este contexto, para WWF la conservación debe hacerse a todos los niveles —de lo local a lo global—, creando soluciones efectivas, trabajando de la mano con las comunidades locales y asegurando la entrega de soluciones innovadoras para satisfacer las necesidades de las personas y la naturaleza.
Con información de WWF Colombia.